
FERNANDO FERRARA DESDE MUY ADENTRO.
En un contexto de recambio generacional, desafíos estructurales y máxima exigencia competitiva, el en- trenador de Las Leonas abre el juego en Solo Hockey. Con una mirada a largo plazo, habla de la gestión del ego, las decisiones difíciles en la alta competencia, el desarrollo del hockey argentino y su obsesión por un estilo de juego dominante. Sin cassette, con autocrítica y convicción, explica qué implica llevar adelante el proyecto de uno de los equipos más respetados del deporte argentino.
—¿Los torneos se disfrutan más como jugador o como entrenador?
Para mí, como jugador, no hay dudas. Los jugadores claramente son los protagonistas, vos entras a la cancha y tenes todas las posibilidades de ser vos y cambiar la historia. Como entrenador tratas de ayudar desde afuera, tratas de guiar al equipo y es ese un poco el rol del entrenador, pero como disfrute seguramente adentro de la cancha, afuera se sufre.
—¿Podés explicar la frase “no dejo tierra quemada después de mi trabajo”?
Me refiero a que en todos los lugares donde yo estuve, cuando me fui los entrenadores que vinieron tuvieron un equipo formado, preparado, que después la idea es que sigan creciendo. Lo veo como una misión donde al equipo que entreno lo hago durante un período y las jugadoras que están también. Un equipo que tiene que estar en constante crecimiento, mi objetivo como misión es empezar a entrenar un equipo donde en los próximos 20 años seamos nosotros los que ganemos 14 campeonatos como Países Bajos que ganó 6 Juegos Olímpicos y 9 Mundiales y no ellos. Seguramente yo no vaya a verlo como alguna de las jugadoras o pueden estar en los inicios, pero lo veo de esa manera. Trabajo no sólo para el resultado inmediato sino en función del futuro.
—¿Y cómo lidiás con el ego si no vas a estar presente cuando lleguen esos resultados?
Cuando uno entiende que el país, la bandera está por delante y que siempre el equipo es lo más importante, Las Leonas que son un equipo que ya trascendió en los resultados. Nosotros tenemos hoy por hoy, el honor y la gran responsabilidad de estar como cuerpo técnico al mando de Las Leonas, pero los egos tenemos que dejar de lado, nosotros los entrenadores y también las jugadoras. Lo manejo de esa manera, a lo mejor por la experiencia, lo tengo en claro que es así.
—¿Cuánto tiempo te llevó aceptar que, como entrenador, trabajás para que se luzcan las jugadoras y que vos podés quedar asociado a las derrotas?
Entreno equipos desde los 15 años, jugaba en Ciudad y a partir de ahí entrenaba equipos. Todavía convivo con el ego, vas creciendo como persona, hombre y en este caso, como entrenador. Creo que lo aprendí bastante rápido. Fue lo mismo que dije en Italia, entrené el seleccionado italiano de mujeres por 8 años, cuando llegué les propuse un plan a 10 años diciéndoles que del puesto 26 en el ranking teníamos que tratar de llegar al 12 y que a lo mejor cuando eso suceda yo no iba a estar presente y alguna de las jugadoras tampoco. Algunos de los dirigentes dijeron que era porque yo quería quedarme, a lo que negué y agregué que era lo que debían pensar ellos como dirigentes porque no hay atajos en esto. El proceso que hay que vivir es ese y así fue, yo agarré Italia a fines de 2007 e Italia juega su primer Mundial en 2018 – finalizaron 9°– después de 10 años y yo ya estaba en Argentina. Llegamos a estar en el puesto 13 y ese fue el primer Mundial que se hizo de 16 equipos y por eso Italia jugó su primer Mundial. Ahí yo tenía 45 años y sabía que ese era el camino y es lo que aprendí de los entrenadores que me formaron, siempre creí en el camino a largo plazo.
—¿Cuál fue la influencia de Pedro Chamorro y otros mentores en tu formación?
Pedro porque fue mi entrenador en Menores cuando arranqué a jugar al hockey, me hizo amar el deporte y me transmitió los primeros valores del grupo. Lo que hizo con nuestro grupo que a día de hoy es el grupo de amigos que tenemos del club y lo que hizo con nosotros y nuestros padres que siguieron viéndose y juntándose por años. Yo estaba en Italia y mis papás se juntaban con los padres de esa camada, fue increíble. Después tuve a Marcelo Garraffo, quien me entrenó desde Sexta división a Primera, después compartí equipo con él y en la Selección. En el seleccionado con entrenadores importantes como Luis Ciancia, también cerca siempre de “Cacho” Vigil, más como compañero de equipo. Y Lalo Junquet, con quien tuve la suerte de compartir cuerpo técnico. También compartí cuerpo técnico con el “Chapa” Retegui, donde uno aprende un montón de la gestión y formas que él tiene de trabajar. Tuve mucha influencia del hockey europeo, del hockey pista alemán, mucho del hockey holandés porque Maxi Caldas siempre me abrió las puertas a los seleccionados holandeses cuando él los entrenaba, en un staff paralelo donde junto a Ale Verga y el “Puma” Castaño analizábamos los partidos de ellos para decir cómo le jugaríamos a Países Bajos, y eso fue un crecimiento muy bueno y enriquecimiento como entrenador fundamental.
—¿Implementaste algo del hockey pista en el hockey sobre césped?
Todo lo que es velocidad de juego, posturas, defensa del área y juego del área chica del hockey sobre césped son detalles muy transferibles desde el hockey pista y creo que son un plus, por eso los equipos europeos que juegan pista nos sacan una ventaja en esas cositas. Pero nosotros metemos conceptos del hockey pista al césped y ya vemos sus frutos porque se mejoró mucho lo que es la defensa y juego del área chica.
—¿Tenes influencias del fútbol?
A mí me gusta entrenar equipos que dominen. Para dominar hay que tener posesión orientada a atacar y para eso son buenas posesiones, calidad técnica de pase y recepción y obviamente a dos toques para no dar punto de referencia, no correr demasiado con la pelota, estar todo el tiempo jugando duelos de uno contra uno, uno contra dos o uno contra tres sino el dominio. Eso como fundamental, después que no falte agresividad, que la posesión sea orientada para que apenas puedas ver el espacio y momento de verticalidad, hacerlo. En la pérdida me gusta la presión alta y recuperación en los primeros tres y cuatro segundos con el esfuerzo de todo el equipo arrancando con las delanteras y ser compactos también en la fase defensiva.
—¿Se disfruta la presión del seleccionado de Las Leonas?
La verdad que sí. Es cruel para las jugadoras que están y para los entrenadores porque en el momento que tenes que dar una lista te duele, te duele porque llevarías a todas y la verdad que no tengo nada que decir de ninguna, todas dan el 110% y dejan todo en la cancha. Después a nosotros nos toca dar una lista de 24 jugadoras, 20 jugadoras o en el caso de la Copa América que es de 18 y 2 de reserva o en un Panamericano una lista cortísima de 16 jugadoras más 2 reservas. Son momentos feos, delicados, pero esa es la crueldad del alto rendimiento, esas son las reglas del juego. Nosotros y las jugadoras elegimos esto.
—¿Qué lugar ocupan las jugadoras que están instaladas en el exterior?
Obviamente que las tenemos en cuenta a todas, las que están en Europa como en Argentina, las que están en el Metropolitano como las que no, caso Sofi Cairo, por ejemplo, que está jugando en la Primera C y es una estable en el equipo. Queremos que jueguen en sus clubes, que estén cómodas. Si prefieren jugar en el interior porque les hace bien o venir a Buenos Aires porque les es más cómodo bienvenido sea, lo mismo con las jugadoras que están en Europa. Nosotros no les exigimos que tengan que venir sí o sí acá, la elección es de ellas, pero ellas lo saben. Consideramos en año de Mundial o Juegos Olímpicos a las que estén en Argentina por una cuestión de nivel, de entrenamiento y nuestra posición en el ranking.
—¿Cómo ves al hockey argentino comparado con las ligas profesionales de Europa?
Por la situación del país en los últimos 20 años estamos bastante desactualizados, nosotros todavía jugamos en cancha de arena y en Europa no se juega más en cancha de arena. Mientras el nivel es bueno porque hay buenos equipos, entrenadores y jugadoras damos ventajas con las canchas. Un entrenamiento en una cancha de arena donde haces ejercicios de pase y recepción donde te resbalás o te pica la bocha, perdés calidad independientemente de las jugadoras y entrenador.
—¿Cómo viste el último Argentino de Selecciones y el crecimiento del interior?
Vi un buen nivel, los equipos de arriba mantienen su nivel y los de abajo crecen. Litoral terminó 5°, pero creció, Buenos Aires, Córdoba y Mendoza mantienen sus lugares, vi bien a los que mantuvieron la categoría y a los que no también. Mismo los que no pudieron ascender. Me parece importante para el desarrollo del hockey y que puedan jugar todas las jugadoras también está bueno.
—¿Cuál sería el programa ideal para el desarrollo del hockey argentino?
Sería seguir trabajando con los seleccionados Sub16 y Sub18, hacer el scouting antes, meter antes a las jugadoras en los procesos así no nos perdemos a ninguna jugadora del interior del país. Lo ideal sería hacer algo intermedio donde haya campeonatos regionales, por ejemplo, que entre todo el Centro-Cuyo pudieran hacer un equipo de 25 jugadoras y entrenarse todos los días como hacemos en el Cenard y que eso mismo suceda en el Litoral, NEA, NOA y hacer esa fase intermedia de selecciones. El club tiene un nivel, el seleccionado de tu afiliada tiene otro, un seleccionado regional otro todavía más arriba y después la Selección Nacional. Sabemos que con las distancias que hay en el país no es fácil, pero pienso que no es imposible. El rugby está haciendo algo similar. Pienso que el hockey tiene espalda para conseguir también esos recursos o sponsors que estén interesados a un proyecto parecido. La verdad es que somos el segundo equipo del país, viene el fútbol masculino como mejor rankeado en el mundo y después vienen Las Leonas.
Luciano Cuevas.